lunes, 27 de septiembre de 2010

LAS LINEAS DE MI MANO


Anoche, mientras al tiempo retaba
en la barra de un bar
un desconocido su mirada fijaba
en mis ojos, mi boca y mi blanco collar.

Mientras la plática fluía
al desconocido, de atrevido mirar,
una excusa no se le ocurría
para mi mano tomar.

Y sin más ideas y nada que inventar
de repente su mano recorrió el espacio,
sin prisa, despacio
hasta la mía alcanzar.

De la duda en mi rostro se dio cuenta,
y al desconocido le vino una idea,
y las líneas de mi mano comenzó a estudiar,
pretendía así, mi futuro adivinar.

Inició diciendo
que "dentro de un tiempo
mucho dinero a mi vida llegaría",
ésto, según dijo, mi meñique se lo decía,

continuó entonces con la línea de la vida,
"una vida larga,
larga y muy tranquila"
el desconocido, con mi mano predecía.

Me dijo otras cosas, según él veía,
sus ojos brillaron como de alegría,
"una mujer caliente y sexual"
en ese momento, me empezó a asustar.

Otras cosas dijo, sin mayor valía,
que al desconocido mi palma decía,
a razón de ejemplo, que "mucho pensaba"
al parecer ésto, no le interesaba.

"Tu vientre está seco", se atrevió a decirme
y "que nunca hijos al mundo daría",
pero ésto, creo,
yo ya lo sabía.

El falso profeta, seguro advirtió,
que esta vez su labia no le funcionó
y lo que buscaba no lo lograría,
dormiría solo, sin mi compañía.

Con su última frase fue que se vengó:
"lo siento querida, mala suerte en el amor"
y diciendo ésto, mi mano soltó,
ya no dijo nada, nada, así terminó.

Suerte que no creo en esas patrañas,
menos en los tipos que tienen la maña
de soltar la lengua, hablando de más,
diciéndote cosas que no preguntás.

Porque si así fuera
y mi futuro, de las líneas de mi mano dependiera
más valdría entonces que me la cortara
antes de tener vida desdichada.

De qué serviría una vida larga
si será triste y muy sombría,
porque sin amor no tendría nada
para qué entonces, yo quiero la vida.

Vivir de aventuras no vale la pena
ni amasar fortunas que no me interesan
ni andar por ahí "caliente y sexual"
si el amor y el sexo no puedo amarrar.

La próxima vez, que me acerque a un bar
y un desconocido quiera mi mano tomar,
la tendré ocupada, sin la copa soltar,
y un brindis a las sorpresas de la vida
voy a dedicar!!






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